La República Popular China, con 1.375 millones de personas, es el país más poblado y la segunda mayor economía del mundo, con un rol evidentemente influyente en el escenario internacional. Pese a ser considerado un país en desarrollo, en los últimos treinta años China se ha movido gradualmente desde un modelo de economía cerrada y centralmente planificada a una economía de mercado. Su crecimiento sostenido ha venido acompañado de una política de reformas que han considerado el fin de la agricultura colectiva, el crecimiento del sector privado y la apertura al comercio e inversión extranjera, entre otros.
La relación comercial de Chile con este gigante asiático está enmarcada en un Tratado de Libre Comercio vigente desde 2006, que actualmente permite que un 97,2% de las mercancías chilenas ingresen a ese destino libres de arancel. Los resultados para el sector agroexportador chileno, en términos de flujos comerciales, han sido de gran magnitud, sobre todo si se considera el hecho de que las exportaciones en este rubro – al año 2015 – representaron el 15% de los envíos totales de Chile a China.
El presente artículo analiza el flujo comercial silvoagropecuario entre Chile y China durante el período enero – junio de 2016, destacando los factores políticos y técnicos que han favorecido la relación bilateral en el ámbito de la agricultura, así como también mencionando los desafíos que ésta enfrenta a futuro.
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