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El Subsecretario de Agricultura, Arturo Barrera, manifestó la importancia de contar con una institucionalidad pública agroalimentaria que, al garantizar los máximos estándares de inocuidad de los alimentos, potencie los requerimientos de competitividad del sector agrícola y agroindustrial nacional.
Al inaugurar el Seminario «Seguridad Sanitaria de los Alimentos», el Subsecretario Arturo Barrera dijo que en el marco de estos objetivos se deben fortalecer los roles y responsabilidad de cada uno de los actores involucrados en esta materia. En este contexto, sostuvo que es preciso avanzar en el análisis de distintas opciones: mayor coordinación; delegación de facultades de inspección desde el Ministerio de Salud al Ministerio de Agricultura, como ya sucede en el caso de las carnes de aves, y establecimiento de una Agencia Agroalimentaria especializada, como ha ocurrido en otros lugares del mundo. Todas estas alternativas se están analizando en conjunto con el Ministerio de Salud.
«No existen dudas de que la responsabilidad primera en torno a la seguridad alimentaria recae en las empresas que participan en la cadena agroalimentaria. Luego son éstas las que deben, en la medida de las posibilidades técnicas y económicas, mejorar sus procesos productivos para garantizar la seguridad de sus productos», sostuvo.
La autoridad pública debe garantizar un alto nivel de protección de alimentos, por lo cual es responsable de velar por el cumplimiento de la legislación, la vigilancia de la seguridad alimentaria y la promoción del autocontrol, para maximizar estándares de calidad y seguridad de los alimentos.
Para Barrera, los consumidores también son responsables de informarse respecto a los atributos del producto y tomar todas las precauciones de manipulación y conservación de los alimentos, así como del ejercicio efectivo del control social respecto de ellos.
Manifestó que hoy en el mundo se está desarrollando una revisión profunda de las formas de producción de los diferentes eslabones de la cadena en sus dimensiones sanitaria, medioambiental y laboral, lo cual ha obligado a revisar el marco institucional en términos de contar con una articulación sólida entre los diferentes actores públicos y muy especialmente entre el sector público y el privado.
El personero estimó que Chile se encuentra a la vanguardia en materia de desarrollo de una agricultura limpia y de calidad respecto a otros países, aunque reconoció que ello no podrá expresarse en todo su potencial mientras persista el elevado nivel de heterogeneidad a nivel de los sistemas agropecuarios y mientras no se ajusten algunos ámbitos institucionales en el proceso agroalimentario, principalmente orientados a la exportación.
