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Una declaración de siete acápites fue el resultado final de la XII Reunión del Consejo Agropecuario del Sur CAS, que concluyó el 31 de agosto y que en lo central definió la agenda que marcará la labor de los Ministerios de Agricultura de seis países del cono sur.
El documento de los Ministros de Agricultura y representantes de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay reconoce temáticas contingentes que se encuentran en el debate mundial como por ejemplo nuevas tendencias en los mercados alimentarios; sanidad animal y vegetal; agricultura familiar campesina; negociaciones internacionales; innovación tecnológica; desarrollo e investigación; biocombustibles y desarrollo agrícola sustentable junto a cambio climático.
Precisamente en relación a este último tema, se señala que la promoción del uso sustentable de los recursos naturales y la protección de la biodiversidad son elementos fundamentales de una política silvoagropecuaria ambientalmente responsable y que para ello, los países del CAS pueden hacer una importante contribución. Al mismo tiempo, consideran “fundamental” desarrollar estudios que aporten a la discusión mundial sobre el tema y de manera particular, en el sector silvoagropecuario.
Sobre los Biocombustibles, en el texto aprobado los ministros concuerdan que si bien cada país debe dar respuesta al balance entre la producción de biocombustibles y la seguridad alimentaria, en necesario “seguir impulsando los aspectos de innovación, desarrollo e investigación en el ámbito de los biocombustibles, asegurando procesos de integración regional de conocimientos y cooperación, que permitan avanzar sustantivamente en el desarrollo de políticas de energías renovables en los países miembros del CAS, contribuyendo a dinamizar el sector silvoagropecuario, favoreciendo la diversidad e independencia energética”.
Respecto de las nuevas tendencias en los mercados alimentarios, el primer acápite de la declaración indica que los mercados agroalimentarios mundiales están en permanente transformación y que los cambios en la estructura productiva, los consumidores conocedores de sus derechos, las exigencias de las cadenas agroproductivas en materias ambientales, de calidad e inocuidad de los alimentos, son parte de estos cambios.
Frente a ello, los firmantes se comprometen a impulsar políticas agrarias e instrumentos de fomento productivos que aseguren la producción de alimentos de calidad, sanos y bioseguros, que den respuestas a las transformaciones de las cadenas productivas. Asimismo, afirman que sus respectivos órganos técnicos desarrollarán un mecanismo de seguimiento y monitoreo permanente de las tendencias de mercados internacionales, que orienten el establecimiento de las políticas de los respectivos países y consoliden el quehacer de las instituciones.
El segundo acápite se refiera a la Sanidad Animal y Vegetal en la región. Aquí se resalta como importante el resguardo del patrimonio fito y zoosanitario “como elemento estructurante de la industria alimentaria de los países miembros, teniendo el convencimiento de actuar colectivamente para mantener y acrecentar este patrimonio. La estrategia de la calidad deberá constituirse en una sólida ventaja para enfrentar la competencia en los mercados silvoagropecuarios internacionales”.
Para mantener el patrimonio fito y zoo sanitario de la región, los participantes reafirmaron el compromiso con las estrategias desarrolladas por el CAS, a través de los grupos técnicos de COSAVE y CVP como instancia de coordinación regional en materia de resguardo fito y zoosanitario. Al respecto, acordaron impulsar todas las alianzas técnicas necesarias para mejorar los sistemas de control, monitoreo y fiscalización epidemiológica, que permitan asumir y responder a las exigencias sanitarias internacionales y de nuestros propios países.
El cuarto punto de la declaración se refiere a la Agricultura Familiar Campesina donde reconocen que este sector “no sólo representa un segmento relevante en el ámbito economico-productivo de los sectores agrícolas de nuestros países, sino también se constituye en un reservorio del conocimiento de las tradiciones, la identidad y cultura de nuestros pueblos”. Por ello, los dignatarios suscriben “un modelo de desarrollo silvoagropecuario de carácter inclusivo, que impulse el fomento productivo, la asociatividad y la participación real de los pequeños agricultores en el proceso de desarrollo y crecimiento de nuestros países”.
El texto aborda también los desafíos de las Negociaciones Internacionales. Al respecto, consideran que el incremento y mejora del acceso a los mercados, a través de las negociaciones internacionales, es un tema de alta importancia y prioridad para promover el crecimiento de la región. El compromiso en este punto fue el de “impulsar activamente los procesos de integración multilateral que los países se han dado. Al respecto, abogamos por la continuidad de las conversaciones en el marco de la Ronda de Doha, que permitan concluir con un acuerdo beneficioso para el comercio y las agriculturas de la región”.
Por último, la declaración de Concón se compromete con la Innovación Tecnológica, el Desarrollo y la Investigación. El documento plantea que “los aspectos de innovación tecnológica, investigación y desarrollo juegan un rol sustantivo en la competitividad del sector silvoagropecuario”, y por ello los países miembros convocan a “la formulación de estrategias regionales, que permitan integrar los esfuerzos comunes en pro de incentivar los procesos de cambios a nivel de los sistemas productivos, las capacidades de los recursos humanos y el equipamiento e infrestructura necesarias, que den cuenta de las demandas y exigencias de los mercados agroalimentarios nacionales y mundiales”.