Categorías: Comisión Nacional de la Vitivinicultura,Estudios,Vinos
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La dinámica de la industria del vino en la actualidad presenta grandes desafíos, principalmente por el menor consumo de vinos a nivel mundial. Según la OIV,1 el volumen de vino consumido la temporada 2023 disminuyó en un 2,6% en comparación con el volumen consumido en 2022, lo que no necesariamente representa una baja puntual; la misma organización estima que el consumo mundial de vino ha estado descendiendo desde el 2018, debido a diversos factores, entre ellos: la disminución del consumo en China, con una pérdida media de 2 mhl (millones de hectolitros) anuales desde 2018; los efectos de la pandemia de Covid-19; las tensiones geopolíticas, en particular el conflicto de Ucrania y las subsiguientes crisis energéticas, que, junto con las perturbaciones en la cadena mundial de suministro, provocaron un aumento de los costos de producción y distribución, lo que impactó fuertemente en los precios frenando la demanda global.
Sin embargo, durante este periodo ha surgido un creciente interés de parte de los consumidores por aspectos vinculados a la salud, mostrando fuertes tendencias hacia modelos de socialización sin alcohol, lo que ha llevado a moderar su consumo. Además, se observa una propensión a diversificar la demanda, inclinándose por productos que resalten su autenticidad, levantado oportunidades para vinos que ofrezcan no solo calidad sino también una historia y un legado cultural distintivo.
En este contexto, las cepas patrimoniales han adquirido un protagonismo renovado, presentándose como una ventana al pasado y una promesa de calidad futura. En esta línea, el Valle del Itata (Ñuble) y el Valle del Tutuvén (Maule), conocidos por su rica historia vitícola, albergan algunas de las cepas más venerables y singulares del mundo, las que han sido cultivadas por generaciones, y encapsulan la diversidad del terroir y la tradición enológica chilena, y están bien posicionadas para capturar el interés de un mercado que valora las características únicas y el patrimonio cultural del vino.
Desde este escenario, la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (Odepa) ha solicitado un estudio que permita capitalizar estas oportunidades a través del diseño de una estrategia para la comercialización de los vinos a granel y envasados provenientes de cepas patrimoniales de los valles del Itata y del Tutuvén. Dicha estrategia requiere un enfoque integral que facilite, a través de herramientas de marketing y comerciales, la explotación comercial de estos vinos, identificando aspectos relevantes de la cadena de comercialización, y poniendo el interés en la caracterización de la demanda, superando brechas y capturando oportunidades.
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