La fruticultura en Chile se encuentra en constante etapa de reconversión y renovación de huertos, con el objetivo de alcanzar mejores y mayores producciones al menor costo, junto con estar a la vanguardia de los cambios varietales y acorde a las demandas mundiales y nacionales de consumo. Por esta razón el rol de los viveros es fundamental, siendo los principales actores en el recambio y actualización varietal, que cada día es más dinámica, contando con genética que permite, en muchos casos, mecanizar el manejo en los huertos, tolerar situaciones adversas y plagas limitantes en el cultivo, así como también mejorar las características, calidad y condición de la fruta y productos.
Según indica este estudio encargado por Odepa, en Chile en el 2014, se comercializaron alrededor de 980 millones de plantines de hortalizas y más de 69 millones de plantas frutales al año.
