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La directora de Odepa, María Emilia Undurraga, concedió una entrevista a Campo Sureño, aquí la reproducción completa
María Emilia Undurraga, directora de la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias
«Tenemos que continuar con el rol de entregar información de calidad para la mejor toma de decisiones»
Undurraga valoró el trabajo desarrollado por Odepa en el monitoreo de stock y precios de los alimentos en el mercado nacional, así corno el rol de la Agricultura Familiar Campesi- na en pandemia.
Hace más de 40 semanas, desde que se inició la crisis sanitaria en Chile por la pandemia Covid-19, la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (Odepa) ha estado monitoreando tanto el stock de los alimentos como sus precios, esto con el objetivo de evitar especulaciones y posibles desabastecimiento en el mercado nacional. Al cierre de este 2020 la directora de Odepa, María Emilia Undurraga, realizó un análisis de este proceso y entregó detalles de la Política Nacional de Desarrollo Rural que Fue puesta en marcha a principios de este año.
-En un año marcado por la pandemia ¿cuál es la evaluación que hace del trabajo de Odepa en 2020?
-Hace 40 semanas, desde que empezó esta crisis, nosotros como Odepa, organismo dependiente del Ministerio de Agricultura, hemos estado monitoreando tanto el stock como el precio de los alimentos. Después de este periodo podemos decir que en Chile no se han registrado problemas de abastecimiento en general. Hubo situaciones puntuales y locales producto de algunas contingencias, pero podemos decir con gusto que hemos tenido abastecida a la población en sus distintos canales de distribución y esperamos seguir trabajando para que esto siga así.
-En cuanto al abastecimiento ¿qué puntos críticos se identificaron en esta pandemia?
-En pandemia más que puntos críticos, tuvimos cambios en La forma de consumo de los chilenos. Por ejemplo, hubo un aumento en el consumo de legumbres, alimento que principalmente importamos. Es necesario recalcar que cuando hablamos de abastecimiento no sólo nos referimos a alimentos que se producen en el país, sino que también a aquellos que traemos desde el exterior. Gracias a todas las políticas públicas y a las relaciones comerciales que tenemos hace décadas con muchos países pudimos, por ejemplo, en el caso de las legumbres importar tres veces más de lo que importamos en un año normal. Eso permitió que, si bien en algunas semanas hubo menor disponibilidad (cuando hay menor disponibilidad sube el precio), nos abasteciéramos afuera, nos reajustáramos y este alimento llegara a la población. Cuando hablamos de seguridad alimentaria no solamente se trata de si hoy o no alimentos, sino que hay que preocuparse de toda la cadena. En esta materia hay que recalcar con fuerza, especialmente en las regiones del sur, que es muy importante el rol de la agricultura familiar campesina, el rol de los huertos familiares, el rol de muchas de las costumbres y actividades del mundo rural, lo que nos permitió también adaptarnos a estas nuevas necesidades. Es importante la productividad interna del país donde juega un rol importante la agricultura familiar campesina y, por otra parte, lo que importamos y que en su conjunto logra suplir nuestra demanda.
-Esta crisis sanitaria dejó en evidencia la importancia de la Agricultura Familiar Campesina, responsable de abastecer la mesa de todos los chilenos ¿qué problemas surgieron en esta tarea?
-Esta pandemia tensionó muchos conflictos que estaban latentes y que enfrentamos a través de un trabajo público-privado, con la sociedad civil, con universidades que se involucraron y con los distintos actores de la cadena de la producción de alimentos. A veces hablamos sólo de la agricultura familiar, sólo de la producción, pero nos dimos cuenta en esta pandemia que para que los chilenos y chilenas tengan sus alimentos en la mesa necesitamos de varios actores: de la agricultura familiar, de los transportistas, de los feriantes, de los mercados mayoristas. En el fondo hay que entender que somos parte de un gran sistema, y el trabajar como cadena nos permitió enfrentar estas dificultades en forma coordinada y buscando siempre una oportunidad. Al principio tuvimos algunos te mas, por ejemplo, con los cordones sanitarios. Hubo algunos problemas para moverse entre comunas, pero eso se pudo trabajar a nivel regional y se fue solucionando. Los seremis tuvieron un rol muy importante, porque ellos conocen la realidad local. Destrabar estas problemáticas fue importante para responderle a los chilenos. Con respecto a la agricultura familiar campesina me gustaría decir que también el Indap ha tenido un rol fundamental, especialmente al empezar a conectar a la agricultura familiar a través de canales digitales. Este es un esfuerzo que está realizando Indap con Ciren a través de una plataforma. Creemos que esta pandemia que puso a la agricultura y a la alimentación en primera línea también le permitirá transitar en esta modernización que necesita para conectar a los productores de forma más cercana y directa con los consumidores.
-Analizando lo ocurrido en 2020 ¿cuál será el foco de Odepa este 2021?
-Como Odepa, y parte de este gran equipo que es el Minagri, tenemos que continuar el rol de entregar información de calidad para la mejor toma de decisiones. La entrega de información sobre los precios ha mantenido la incertidumbre en un nivel que halla frenado alzas de precios, las que sí se producen cuando no hay información de calidad. Lo segundo es seguir empujando esta idea de la agricultura como un motor de desarrollo, entendida no sólo desde lo económico, sino que desde su aporte en lo social y medioambiental. Entonces vamos a continuar en dos líneas: desarrollo rural, por una parte, y de sustentabilidad por otra. Por ejemplo, en la discusión que se va a dar por la nueva Constitución creemos que tenemos mucho que aportar. Tenemos grandes desafíos. Si bien la pandemia fue compleja y sigue siéndolo para este sector también fue una oportunidad para mostrar el trabajo que desarrolla, especialmente, para aquellos que viven en las grandes ciudades. Se logró que otra vez Chile mirara sus territorios rurales, valorara a su gente, a su alimento y a tener este enfoque más sustentable de desarrollo.
DESARROLLO RURAL
-Usted dice que la nueva Constitución será una oportunidad para relevar el papel del mundo rural. ¿Qué aspectos de la agricultura se deben considerar o discutir?
-Yo creo que la redacción de la nueva Constitución es un proceso en el que no sólo va a importar lo que quede o no quede en la Constitución. Creemos que la nueva Constitución permitirá conversar acerca de muchos temas que han sido invisibles en la discusión pública y, por cierto, desde nuestro sector son importantes todos los temas vinculados con la descentralización. Muchas veces uno habla de descentralización como regionalización y podemos ver como en algunos países se fomenta este proceso, pero no sólo basta con regionalizar. Por ejemplo, puede pasar que Temuco se lleve las mayores inversiones de La Araucanía. Lo mismo puede ocurrir en Valdivia en la región de Los Ríos o en Osorno en la región de Los Lagos. A nosotros nos tocó participar de un gabinete en Magallanes.
En Santiago tenemos un programa que se llama Santiago no es Chile, y en este gabinete la alcaldesa de Porvenir, nos dice: «nosotros aquí decimos Punta Arenas no es Magallanes». Así vemos como cada región tiene concentración de decisiones, de esfuerzos públicos y privados y creemos que la Constitución debe ría avanzar en la línea de descentralización hasta lo local. Ahí se puede jugar un rol fundamental. Otro tema importante es el agua, no sólo desde el punto de vista agrícola -porque creemos que el agua es vital para producir alimentos-, sino desde una visión integral sin desvincular el rol económico del rol social y ambiental. Si estamos hablando de agua no sólo hablar de su rol para producir alimentos, sino que también para el consumo humano y también los ecosistemas. Se tiene que ver el agua también como un eje central para el bienestar y me dio ambiente. Las brechas territoriales que existen en nuestro país es otro punto de interés. El mundo rural sigue teniendo el doble de pobreza que el mundo urbano y ahí creemos que es importante pensar en un bienestar y en un desarrollo territorial equilibrado. Esto puede ser una herramienta importante para poder avanzar en esos desafíos y ver cómo vamos a ponernos de acuerdo como país en estos temas. Creemos que serán oportunidades muy importantes para conversar sobre estas problemáticas que van quedando de lado.
-Con respecto a la implementación de Política Nacional de Desarrollo Rural ¿En qué está?
-La Política Nacional de Desarrollo Rural fue publicada a principios de este año y durante 2020 hemos trabajado en la conformación del Consejo público-privado. En el fondo es un equipo que está fuera del Gobierno y que va a hacer un seguimiento de esta política en el largo plazo y así esperamos, tal como se hizo con la política urbana, contar con entes que sean capaces de darle esa visión de largo plazo a las políticas de Estado. Otro tema que es muy relevante y que estaría listo a final de este 2020 es el sistema de indicadores de co lidad de vida rural, esta es una he rramienta que, a partir de la Política Nacional de Desarrollo Rural, fija indicadores de calidad de vida con los que vamos a tener informo ción a nivel comunal. A partir de eso vamos a hacer seguimiento de lo que hemos acordado todos en la Política, nuestros objetivos, para acortar las brechas y mejorar la calidad de vida de la gente rural. Esta Política, este consejo y estos indicadores van a ser insumos relevantes para generar un plan. Esta Política que tiene grandes objetivos ahora tiene que plasmarse en un plan concreto, plan que va a tener un nivel nacional con responsabilidades nacionales y, luego, va a tener bajadas regionales que ahora serán un gran desafío para el futuro gobernador. Desde la Política Nacional de Desarrollo Rural queremos aportar lineamientos, aportar herramientas para que el desarrollo rural en cada una de las regiones tome el protagonismo, para que su gente se empodere, determine sus prioridades y que cada región pueda generar su propia línea de trabajo, sus planes, sus acciones en conjunto con el mundo público-privado y la sociedad civil.
-¿Están trabajando en algunos temas específicos en regiones de la zona sur?
-En Los Lagos, a propósito de esta Política, se generó también un set metodológico para bajar la política nacional a nivel regional en las estrategias regionales. Una consultora, a petición del Gobierno regional, hará uso de la metodología elaborada por Odepa en conjunto con todos los actores del territorio para hacer la bajada regional de esta Política. Para nosotros, los Lagos será la región piloto que nos enseñará como apoyar a las otras regiones que quieren empezar este desafío. Así como tenemos a Los Lagos a nivel regional, tenemos a Magallanes que va a hacer esta bajada a nivel de los Pladeco, planes comunales.
-Desde el Ministerio han puesto especial atención en la Región de La Araucanía ¿en qué está este compromiso?
-Nosotros después del gabinete del agro realizado en la región volvimos a revisar desde Agricultura, que es uno de los tres ejes del Plan Impulso, este compromiso. En el fondo son los 12 servicios del Ministerio que tienen acciones concretas en La Araucanía con presupuestos, con objetivos y metas concretas. De parte de Odepa tenemos un Plan Piloto de Melipeuco y en Los Sauces, donde se está trabajando con los equipos municipales para desarrollar mesas territoriales que nos permitan coordinar los distintos pro gramas rurales en las comunas. Estos dos son planes pilotos muy importantes para ir aprendiendo e ir incluyendo metodologías que tenemos a nivel municipal para trabajar en los Pladeco. Estas acciones no son sólo de Odepa, sino de todos los servicios del Agro. Lo más importante para impulsar el desarrollo rural es comprometer a los otros ministerios, porque las necesidades del mundo rural están en educación y en conectividad vial también. Debemos ser capaces de convocar a los distintos actores, de no ser así nos vamos quedando cojos con las políticas públicas que nosotros podemos aplicar desde el Ministerio.
PROYECCIONES 2021
Dar proyecciones en el agro es complejo, porque este sector depende mucho del clima, pero al hacer el ejercicio de prever las problemáticas que vemos en esta temporada, podemos decir que será mejor que la anterior por muchos ternas. En la zona central, por ejemplo, hubo más lluvias que en 2019.
Además, estuvimos haciendo monitoreo y, por lo que vimos, debiese ser una buena temporada. Se suma en las regiones del sur que los precios de los cereales están en buenos niveles. Como Odepa tenemos una encuesta de intención de siembra y esa encuesta muestra que habrá un aumento de las siembras de los distintos cultivos en esta temporada comparada con el año anterior.
«El mundo rural sigue teniendo el doble de pobreza que el mundo urbano y ahí creemos que es importante pensar en un bienestar y en un desarrollo territorial equilibrado.»