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El Banco Central publicó las Cuentas Nacionales y con señala que la actividad agropecuario-silvícola aumentó liderada por la fruticultura.
La variación de 1,9% anual fue reflejo de la actividad frutícola y, en menor medida, de la silvícola. En tanto, la agricultura y ganadería prácticamente no registraron variación. Acorde a cifras con ajuste estacional, la actividad se aceleró en el cuarto trimestre. La expansión frutícola obedeció, en gran parte, al dinamismo en la producción de cerezas y uva vinífera. Respecto de las primeras, destacó el aumento de la demanda externa y en la segunda, a una baja base de comparación, como consecuencia de condiciones climáticas desfavorables durante el 2020. En contraste, la producción de uva de mesa y manzanas se redujo, compensando en parte el resultado anterior. La silvicultura, por su parte, mostró resultados disímiles entre sus principales productos; las trozas de pino con destino industria del aserrío aumentaron, mientras que las de eucaliptus con destino celulosa cayeron, contrarrestando parcialmente el resultado de la actividad.
La agricultura fue incidida, principalmente, por la producción de cultivos anuales, en particular de maíz y trigo. En contraste, la producción de papas y remolacha se redujo, debido a una menor superficie sembrada de éstas, compensando el efecto anterior. El resultado de la ganadería fue consecuencia de una mayor producción de huevos y cerdos, resultado compensado por una menor producción de bovinos y aves.
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