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Un total de 27.190 hectáreas de bosque fiscal se concesionaron en la Región de Aysén, al firmarse el primer contrato de concesión forestal en el país, que tendrá una inversión superior a los US$7 millones.
La firma del contrato se realizó con la participación del gerente de Maderas Aysén, Rodrigo Urzúa; el Seremi de Bienes Nacionales, Julio Stuardo, y el director regional de CONAF, Jorge Burgos.
La concesión del terreno a Maderas Aysén, que es por 30 años, permite la implementación de un plan de ordenación forestal y se convierte en un proyecto emblemático para la Región de Aysén y prioritario en la agenda de desarrollo regional (mesa público-privada).
Esta concesión contempla la producción de madera respetando el medio natural y los paisajes del territorio ubicado en la comuna de Río Ibáñez. Se contempla además rejuvenecer los bosques, manejando su dinámica natural; implementar infraestructura vial, concentrando operaciones en un solo lugar; generar empleo y capacitación permanente, e implementar medidas de control y mitigación ambiental.
El objeto de la concesión contratada es el manejo, explotación y regeneración del bosque existente en el predio, en conformidad al Plan de Manejo aprobado por Conaf, sin perjuicio de los demás objetos y actividades que contempla el contrato o el Proyecto del Concesionario.
El manejo, mantención y explotación del bosque fiscal se someterá también al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental, uno de los resortes fundamentales de prevención y protección de la biodiversidad comprometida del lugar.
Este contrato se enmarca en la política concesional del Ministerio de Bienes Nacionales y tiene un alto impacto en el desarrollo sustentable de la Región de Aysén, ya que generará nuevos recursos y empleos, equilibrando la explotación de los recursos naturales con el manejo apropiado del bosque fiscal.
Mediante esta iniciativa se pretende que el bosque fiscal de la Región pueda cumplir sus roles ambientales, sociales y productivos, permitiendo con ello la conservación de la biodiversidad y la generación sostenida de empleos, servicios y productos del bosque.
De acuerdo a lo establecido, se trata de una concesión onerosa, cuya renta por concepto de maderas permitirá articular una eficiente fiscalización, instalando equipos técnicos de alto nivel en el lugar de la operaciones forestales.
Se pretende integrar el bosque nativo a la economía regional, apoyando la ordenación forestal en bosques fiscales que se entreguen en concesión a personas naturales y jurídicas y promoviendo la creación de bosque público en manos de municipios o del Gobierno Regional, con fuerte apoyo de equipos técnicos que garanticen el resguardo del patrimonio en juego.
Así se asegurará la producción y abastecimiento de agua y leña para las comunidades, la educación ambiental y el turismo en áreas boscosas y la producción de maderas que resulte del aprovechamiento del crecimiento de los bosques. Lo anterior permite articular esfuerzos y objetivos de varios servicios públicos y ofrecer garantías de mediano y largo plazo a inversionistas de variados rubros, en pro del desarrollo local de las comunidades de Aysén.
Las variables regionales inherentes a la misión de CONAF son relevantes en su magnitud y diversidad. De los 11 millones de hectáreas, 4.8 millones tienen cubierta boscosa; 5.1 millones de hectáreas son Áreas Silvestres Protegidas administradas por CONAF; más de un millón de hectáreas de suelo está disponible para forestación y sobre un millón de hectáreas figura en el borde costero insular. El 75% de toda esta superficie es propiedad del Estado. De ahí el valor de atraer inversiones a través de concesiones forestales, turísticas o de otro tipo, ya en marcha en la Patagonia de Aysén.