Agrimundo, la Palataforma de Inteligencia Competitiva de Odepa, solicitó la realización del documento: «Innovación y valor agregado en los productos apícolas. Diferenciación y nuevos usos industriales» a Gloria Montenegro y Ximena Ortega de la Facultad de Agronomía e Ingeniería Forestal de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
En la introducción se señala que «La constante preocupación por una mejor calidad de vida de las personas y una clara conciencia del significado de alimentación saludable han estimulado la creciente aceptación y demanda por el consumo de productos naturales. El complejo desarrollo de la industria alimentaria y su éxito en los negocios se basa fundamentalmente en el entendimiento de estas necesidades. Adicionalmente, el dinamismo de los mercados y la diversidad de opciones a la que se ve enfrentada la industria alimentaria a nivel nacional y mundial, impulsa en forma permanente el desafío tecnológico de buscar nuevas alternativas innovadoras de productos con valor agregado para satisfacer estas nuevas demandas de consumo.
Una oportunidad de fuente de productos naturales es la flora chilena, ya que presenta 5.981 especies nativas, correspondiendo casi el 50% a especies endémicas (Marticorena, 1998). De éstas, no más de un 10% han sido estudiadas químicamente a través de procesos de bioprospección en busca de productos con propiedades biológicas de interés para el hombre.
Este gran endemismo de la flora de Chile unido a sus características geográficas que actúan como barreras naturales y sus condiciones climáticas extremas, representan un gran potencial comercial y de innovación para la cadena apícola nacional, ya que los productos originados en las colmenas de Apis mellifera (la abeja de miel) adquieren las propiedades de las plantas que los producen, vale decir de su origen floral y geográfico, siendo posible obtener productos apícolas con características únicas e irrepetibles, especialmente cuando las colmenas se disponen en áreas de vegetación nativa, elementos que hasta ahora no ha sido aprovechado en su plenitud como instrumento de diferenciación y de desarrollo de nuevas aplicaciones.
Históricamente la producción de miel de Chile (entre 7 y 11 mil toneladas anuales) se exporta en un 85% a la Unión Europea (ODEPA, 2012), debido básicamente al bajo consumo nacional. Más del 85% de estos envíos se realiza a granel, sin diferenciación sobre su origen botánico o geográfico local y propiedades derivadas, perdiendo oportunidades de valor agregado.
En respuesta a esta situación, y dada la importancia social y económica de este rubro, que involucra a más de 10.000 familias a lo largo del país, en las que la apicultura es parte de su cultura y alimentación, la Mesa Nacional Apícola liderada por ODEPA comenzó a impulsar a partir de 2002 un esfuerzo sostenido en profesionalizar e incentivar la investigación básica y aplicada en la apicultura nacional, especialmente enfocados en el mejoramiento de sus sistemas productivos, de la calidad, inocuidad y potencial de diferenciación de los productos de la colmena, como estrategias para fortalecer la competitividad del rubro».
Este esfuerzo de articulación de agentes públicos y privados ha permitido generar un avance relevante en el rubro. Adicional al avance en el ámbito productivo, gracias a grupos de investigación en asociación con apicultores y con el apoyo de fondos concursables de investigación, se ha logrado generar una sólida evidencia científica para sustentar su potencial para la ciencia y la industria en la innovación de los productos de la colmena asociado al origen botánico.
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