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CORFO puso en marcha el 4 de abril el programa «Introducción de cepas viníferas en la Araucanía», el que será desarrollado por los próximos tres años y cuyo objetivo es desarrollar esta industria en el frío clima sureño. Para su implementación se eligió la localidad de Traiguén, donde ya existe una experiencia individual previa desarrollada en 5 hectáreas para la cepa Chardonnay. Esta experiencia exitosa pero aislada, CORFO la espera replicar en el resto de la zona de Nahuelbuta.
El estudio realizará ensayos en 11 puntos del secano costero desde Renaico a Nueva Imperial, incluyendo los sectores de Angol, Purén y Galvarino. En cada punto, agricultores de todos los tamaños, que van de 10 hectáreas en Cholchol hasta 1.000 hectáreas en Galvarino, serán los encargados de ejecutarlo, aportando además capital para el efecto.
A pesar de que los métodos a utilizar no podrán ser los mismos que los aplicados en la zona central, debido a la diferencia climática, y a que la productividad será menor y los riesgos de enfermades fungosas mayores, el proyecto espera alcanzar una calidad de uva y de vino superior.
Las metas a alcanzar son: determinar la aptitud vitícola de siete cepas en el área de Renaico – Nueva Imperial; establecer el efecto de los factores climáticos y de aquellos relacionados con el crecimiento de la planta en el equilibrio calidad de uva y vid, y crear una propuesta tecnológica probada capaz de ser transferida a otros agricultores de la región.
El proyecto tiene un costo de 227 millones de pesos, de los cuales CORFO aportará 161 millones, los agricultores que trabajarán en los once puntos de ensayo lo harán con 56 millones y la consultora que presentó y ejecutará el programa aportará con los 6 millones restantes. CIREN, por su parte, elaborará, como aporte al proyecto, un mapa de la zona a partir de los resultados obtenidos.