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Acuerdo Chile – Unión Europea: aspectos destacados de la negociación de productos agrícolas
Después de dieciocho meses de negociaciones para un Acuerdo de Asociación Política y Económica entre Chile y la Unión Europea, el pasado 26 de abril de 2002 se anunció oficialmente el acuerdo por parte de la Canciller chilena Soledad Alvear y el Comisario Europeo de Comercio, Pascal Lamy. Este pacto debe ser ratificado próximamente por el parlamento chileno y el de los países de la Unión Europea y ambas partes han manifestado que esperan importantes beneficios económicos y comerciales.
En los últimos años, la Unión Europea se ha constituido en el principal destino de las exportaciones chilenas alcanzando US$ 4.600 millones en el año 2001. Por otra parte, Europa es el primer inversionista en Chile y América Latina.
Este Acuerdo comprende tres áreas, una política, otra de cooperación y otra comercial cuyo objetivo es la creación de un Área de Libre Comercio. Respecto a esto último, se estableció la liberalización del 90% del intercambio de productos en forma inmediata y del 100% en un plazo máximo de 8 años, es decir, el comercio bilateral tendrá un arancel cero en no más de 8 años. El acuerdo logrado para establecer un Área de libre Comercio abarca todos los sectores, en especial el industrial, la pesca y los bienes agrícolas.
En relación con los productos que el sector agropecuario nacional puede exportar a los mercados europeos, se deben destacar los acuerdos alcanzados para vinos, frutas, carnes, lácteos, productos tradicionales y agroindustriales. Los principales detalles acordados para cada uno de estos rubros o productos son los siguientes:
Vinos: se establece una desgravación en forma recíproca en cuatro años. Como contraparte, nuestro país deberá renunciar en un período variable de entre 5 y 12 años al uso de algunas denominaciones y marcas que pasan a ser de uso exclusivo de la contraparte. Entre ellas, la más sobresaliente es el champaña.
Frutas: en el caso de la uva de mesa se consiguió un beneficio significativo, consistente en cuotas liberadas para dos períodos de exportación significativos: 1 de enero al 14 de julio y 1 de noviembre al 31 de diciembre, siendo los montos de 37.000 ton y 3.000 ton respectivamente, con incrementos anuales de 1.850 ton y 150 ton en el mismo orden.
Otras frutas de gran importancia serán desgravadas a partir de la firma del acuerdo: manzanas, peras, ciruelas, paltas y frambuesas. A cuatro años quedaron productos como frutillas frescas y a 7 años los kiwis.
Varias de las frutas mencionadas constituyen una parte importante de nuestras exportaciones a la U.E. y pagan aranceles no despreciables que fluctúan entre 4 y 8 %.
Carnes: desgravación inmediata y establecimiento de cuotas de exportación para los diferentes tipos de carnes, según el siguiente detalle:
De bovinos: la UE tiene alta sensibilidad en este producto. Las conversaciones dieron por resultado la consecución de una cuota liberada de aranceles de inmediato, para una cantidad de 1.000 toneladas, con una tasa de incremento anual de 100 toneladas. Considerando que nuestro país no exporta este producto, la apertura señalada representará una liberalización completa para futuras exportaciones a ese mercado por varios años.
De porcinos: en este caso se obtuvo una cuota liberada de arancel de 3.500 ton, con un aumento anual de 350 ton. En la actualidad nuestras exportaciones de este producto son incipientes; consecuentemente, esta apertura constituye un importante incentivo para el crecimiento.
De aves: en este caso se logró una cuota liberada de 7.250 ton, con un crecimiento anual de 725 ton. Nuestras exportaciones son actualmente cercanas a las 6.000 ton.
de ovinos: se obtuvo una cuota de 2.000 ton (por sobre la cuota OMC vigente 3.000 ton). En la actualidad se ha llegado a copar la cuota OMC vigente y por consiguiente, lo obtenido abre la posibilidad de seguir creciendo, así como la oportunidad de ingreso a proveedores nuevos.
Lácteos: En esta área se acordó una cuota recíproca de 1.500 ton de queso, con un crecimiento anual de 75 ton. Lo anterior abre la puerta para relevar estas exportaciones que en la actualidad son prácticamente inexistentes.
Productos tradicionales: se respeta el mecanismo de bandas de precios. En caso de un fallo en contra definitivo de la OMC, Chile deberá realizar las adecuaciones pertinentes.
Productos agroindustriales: se estableció un plazo de cuatro años para llegar a arancel cero en derivados concentrados, jugos, pasta de tomate y frutas en conserva.
Junto a lo anterior, se obtuvieron otras cuotas de interés: cerezas preparadas, 1.000 ton, con 50 ton de aumento anual; y copos de cereales, 1.000 ton, más 50 ton anuales de aumento.
Otras cuotas: en ajo se obtuvo una cuota de 500 ton, con un incremento anual de 25 ton. En la actualidad exportamos algo menos de 400 ton. Para champiñones se estableció una cuota de 500 ton, con un incremento de 25 ton por año.
Las prioridades principales manifestadas por la U.E. se refirieron a quesos, algunas leguminosas, espinacas, arvejas, algunos cereales, como cebada y arroz, harina de trigo, malta, almidón de trigo y papas, aceite de oliva, de maravilla y maíz, carnes preparadas y papas preparadas.
En lo relativo a los quesos se resolvió por la vía de una cuota y para el resto de los productos se optó por la desgravación inmediata, en consideración a la relativa inocuidad de los productos para nuestro sector agrícola y porque supeditado a ello estaba una parte importante de los beneficios reseñados en la primera parte de esta relación (pasta de tomates y desgravación de los vinos, entre ellos). La excepción a esta petición fue la harina, esta quedó marginada por su vinculación con la banda de precios del trigo. El aceite de oliva, por su parte, quedó reducido a una cuota arancelaria de 3.000 ton.
El cierre exitoso de esta negociación se constituye en el convenio más importante que haya firmado Chile en su historia, y permitirá a nuestros productos acceder a un mercado de unos 370 millones de personas. Esto significará, de acuerdo a las primeras estimaciones del Gobierno, la creación de unos 150.000 a 200.000 nuevos empleos hasta el año 2006.
Este acuerdo se formalizará en la cumbre Iberoamericana que se realizará el próximo 17 de Mayo de 2002 en Madrid, España.