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Arroz
«Tranquilidad a los consumidores y oportunidad para los productores». Con esta frase la ministra de Agricultura, Marigen Hornkohl, concluyó una entrevista realizada en Chilevisión sobre el arroz, sus altos precios y posible escasez.
En esta frase se resume la política que ha adoptado el Ministerio de Agricultura en la llamada «crisis alimentaria mundial». En el entendido que siempre el sector agrícola se ve enfrentado a una paradoja: cuando los precios de los alimentos están bajos, se beneficia directamente al consumidor, pero se perjudica a los agricultores. A la inversa, si los precios de los alimentos están altos, se perjudica al consumidor, pero los agricultores salen beneficiados.
El Ministerio de Agricultura ha informado oportunamente al respecto a la ciudadanía. En el caso del arroz, se ha dicho que los chilenos producen la mitad de lo que se consume en el país, y en ese sentido puede decirse que Chile está abastecido hasta octubre con producción nacional. Al mismo tiempo, se siguen efectuando importaciones, por lo que no se observa la posibilidad de un desabastecimiento. Respecto a las alzas de precios que se han registrado, deberían traducirse en mejores precios para los productores, mejorando sus expectativas para la próxima temporada. Por tanto es posible esperar un incremento en la superficie de arroz sembrada en el país.
Erupción del volcán Chaitén
Y así como el Ministerio de Agricultura salió a responder sobre la llamada crisis alimentaria, esta cartera también respondió ante la emergencia en la Provincia de Palena, provocada por la erupción del volcán Chaitén. La ministra de Agricultura, Marigen Hornkohl, viajó a la zona afectada, evaluó los impactos en terreno y propuso medidas.
La ministra de Agricultura declaró que «los productores no van a quedar solos cuando haya pérdida de bien material» y anunció las siguientes medidas:
- Condonación de las deudas que tengan con INDAP los agricultores afectados por los efectos del volcán.
- Entrega de alimento concentrado para aquellos animales que no puedan alimentarse de la pradera.
- Apoyo para la descarga de los animales, para venta o para acopio en lugares seguros, como La Junta (Región de Aysén), predios privados y de Bienes Nacionales.
- Apoyo para la reconstitución de la ganadería y de la actividad agrícola en general, una vez que se haya normalizado la situación.
Cambio climático
Una de las obligaciones del Ministerio de Agricultura consiste en prever problemas y examinar posibles soluciones en el ámbito institucional. Como fuera anunciado en abril, el día 14 de mayo la ministra Marigen Hornkohl presentó al equipo que conformará el Consejo de Cambio Climático y Agricultura, instancia compuesta por 22 personas provenientes de los ámbitos académico, productivo y público, relacionadas con el sector silvoagropecuario nacional.
El trabajo del Consejo se realizará en dos etapas. En la primera se analizarán las posibles medidas de mitigación en el sector, que podrían reducir la emisión de gases de efecto invernadero, responsables del calentamiento global. En la segunda, se estudiará la vulnerabilidad del sector silvoagropecuario ante el cambio climático y algunas medidas de adaptación, tales como el desarrollo de nuevas variedades de cultivo y el mejoramiento en el uso del recurso hídrico.
Los estudios en marcha permitirán estimar con mayor precisión el impacto que tendrá el cambio climático en los niveles de producción de los principales rubros silvoagropecuarios, en los cambios de uso del suelo y su rentabilidad, y en el empleo y el desplazamiento de la población rural, lo que servirá de base para formular un programa de adaptación al cambio climático para el sector silvoagropecuario.
Asimismo, se ha comenzado a evaluar determinados programas de fomento del Ministerio de Agricultura, en relación con su contribución a la captura de carbono y a la disminución del uso de combustibles fósiles. Esta información será la base para orientar mejor la aplicación de algunos instrumentos, tales como el DL 701 y la bonificación al manejo del bosque nativo, para que maximicen su aporte a la mitigación del cambio climático.
Lineamientos de política
La Ministra Marigen Hornkohl entregó un lineamiento sobre la política agraria del Ministerio de Agricultura, en artículo de opinión publicado en el diario La Segunda, llamado «Énfasis de la Política Agrícola». A continuación, el artículo de la Ministra:
Desde hace tres décadas, Chile ha ido construyendo una política agrícola con un claro énfasis exportador y basada en la iniciativa privada. A partir del año 90, a estos pilares se ha incorporado el tema de la inclusividad, expresado en un fuerte apoyo al desarrollo competitivo de la pequeña agricultura, y el de la sustentabilidad ambiental, manifestado en los acuerdos de producción limpia y en las buenas prácticas agrícolas.
Los logros de esta política son evidentes, tanto desde la perspectiva del crecimiento sectorial como de las exportaciones. Si en el año 1990 éstas eran de US$ 2 mil millones, en 2007 alcanzaron los US$ 11 mil millones. También son evidentes los resultados desde la perspectiva de las ambiciones y metas sectoriales. La idea de «Chile, potencia alimentaria» sintetiza muy bien el desempeño y el desafío de la agricultura chilena. El reciente informe de la OCDE, que examina el comportamiento del sector agropecuario en los últimos veinte años, también da cuenta de ello.
Pero, si bien es cierto que, desde una perspectiva agrícola, hemos hecho las cosas correctas y las hemos hecho bien, no es menos cierto que debemos hacerlas cada vez mejor. La agricultura y el sector alimentario chileno pueden más, y en algunos ámbitos no deberíamos damos por satisfechos con ser de los mejores del mundo, sino aspirar a ser «el» mejor. Un buen ejemplo de esto podría lograrse en el tema fito y zoosanitario. En los años que vienen debemos avanzar en superar algunos de los déficit de la política agrícola, como los existentes en recursos humanos e innovación. Igualmente, debemos realizar algunas grandes apuestas, como la producción y exportación de genética animal y vegetal, y alcanzar mejores estándares en lo ambiental y lo laboral.
En este contexto hemos planteado la siguiente agenda de tareas estratégicas:
- más y mejor innovación;
- cambio climático y agua;
- nuevos y mejores mercados de exportación;
- un salto en genética animal y vegetal;
- el mejor estándar fito y zoosanitario del mundo;
- una agricultura de redes e interconectada;
- ampliación del emprendimiento y la asociatividad;
- mejores bosques para todos;
- construcción de un Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, y
- identidad y Bicentenario.
En cada una de estas tareas estratégicas se están consolidando o iniciando durante el presente año acciones de gran relevancia para el destino competitivo de la agricultura y del sector alimentario.
Por de pronto, en estos días se está inaugurando el cluster de la industria de los alimentos (que incluye a vinos, frutas, aves y cerdos, carne bovina y alimentos procesados) y en las próximas semanas se inician las actividades de los consorcios apícola, de la papa y de alimentos funcionales. En los meses que vienen se estará dando inicio, junto a la Subsecretaría de Telecomunicaciones, a un amplio programa de acceso a conectividad rural y de comunidades agrícolas virtuales, de tal forma de avanzar en el desarrollo de la agricultura del conocimiento. Durante el mes de mayo se está constituyendo el Consejo de Cambio Climático y Agricultura, en la idea de ir construyendo una visión compartida del impacto de este fenómeno global en la realidad silvoagropecuaria local y, lo que es más importante, elaborar de acá a fin de año una propuesta de acción para la política agrícola que enfrente tales impactos.
La agricultura chilena ha venido sostenidamente ajustándose a las exigencias de los mercados y mejorando su competitividad y su desarrollo empresarial. Los actuales escenarios mundiales de «crisis alimentaria» constituyen una notable oportunidad para Chile y su liderazgo en el ámbito de los alimentos. Los altos precios internacionales de muchos de ellos constituyen un buen incentivo para que nuestros agricultores aumenten la producción, no sólo de los productos de exportación, sino también de los productos sustituidores de importaciones, como el trigo, el arroz y el maíz. Los activos que el sector alimentario nacional ha desarrollado en las últimas décadas, como la capacidad empresarial, su patrimonio sanitario y su institucionalidad pública altamente creíble en los mercados externos, nos hacen ser optimistas de que ello será así. La agricultura y el sector alimentario pueden mucho más.