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El ajo (Allium sativum), es una especie herbácea originaria de Asia y empleada en gastronomía y medicina desde hace miles de año. Tradicionalmente ha sido empleado como antiséptico, expectorante, diurético y para tratar infecciones respiratorias o resfriados. Sin embargo, nuevas investigaciones científicas indican que el ajo es capaz de eliminar numerosas bacterias, virus, infecciones fúngicas y parásitos intestinales, así como prevenir procesos tumorales. Asimismo, se han demostrado efectos beneficiosos en el tratamiento de la hipercolesterolemia y los niveles altos de triglicéridos, ya que permite la reducción del nivel de lípidos en la sangre y, en consecuencia, interviene en la prevención de los procesos arterioscleróticos. Estudios indican que la solución acuosa de ajo morado inhibe la Helicobacter pylori, bacteria asociada a una mayor incidencia de úlcera gastroduodenal y cáncer gástrico, y que las personas que consumen ajo crudo o cocinado con regularidad reducen a la mitad el riesgo de padecer cáncer de estómago y en un tercio el de cáncer de colon en comparación con las personas que consumen poco ajo.
Pilar Eguillor Recabarren