Categorías: Dinámica Productiva y Comercial
En la temporada 2003/04 se sembraron 420.400 hectáreas de trigo, de las cuales 413.900 ha correspondieron a trigo harinero, con una producción estimada en 18,5 millones de quintales, muy cercana al autoabastecimiento.
Para esta nueva temporada se estima una leve alza de 3 a 4 % en las siembras, que alcanzarían unas 426.000 hectáreas de trigo harinero. Se espera que este incremento se produzca principalmente en la zona sur, ya que en las regiones VI y VII, la competencia de otros cultivos como el maíz y el poroto, con buenas expectativas de mercado, desplazarán las siembras de trigo. Por el contrario, el aumento de superficie en la zona sur estará dado principalmente por la falta de alternativas de cultivo, ya que las opciones acostumbradas tienen diversos problemas: la avena se encuentra en una difícil situación, con muy bajos precios y un elevado stock; el lupino, que a la inversa tiene buenas expectativas de mercado, muestra una escasez de semillas, y por último el raps, aun cuando ha ido recobrando importancia gracias a sus nuevos usos y ha aumentado vertiginosamente su superficie desde la casi desaparición en la temporada 2001/02, subirá de 6.060 hectáreas en 2003/04 a cerca de 12.000 ha en 2004/05, en comparación con las 20.000 a 30.000 ha que se dedicaban anteriormente a ese cultivo.
En relación a la situación internacional de trigo, las cotizaciones se mantienen en un buen pie y los precios futuros muestran alzas hasta fines de 2005. No obstante, las proyecciones del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) para la temporada 2004/05 indican un importante aumento en la producción (de más de 43 millones de toneladas métricas), para llegar a 593 MTM, lo que, si bien aún se situaría por debajo de la demanda mundial, estimada en 595 MTM, estrecharía bastante el déficit de temporadas anteriores. Como consecuencia, el stock mundial final no presentaría bajas tan pronunciadas como las que se estaban observando en los últimos años. En este contexto, se estima que los precios internacionales deberían comenzar a estabilizarse, frenando la carrera alcista que mantuvieron en el último tiempo.
En la actualidad los precios internos fluctúan entre $11.600/ qq para los trigos suaves y $12.000/qq para los trigos fuertes, ambos puestos en Santiago. Estos precios son buenos y se estima que aún queda en manos de los agricultores cerca de un 20% de la cosecha.
Con el aumento de superficie que se espera para la próxima temporada y por consiguiente de producción, el mercado se vería influenciado por la cercanía al autoabastecimiento y los precios internos podrían empezar a asemejarse más a los precios FOB que a los precios CIF a los que estamos acostumbrados, con una disminución en éstos.
Para el trigo candeal, en tanto, se estima que su superficie subirá desde 11 mil hectáreas en la temporada 2003/04 a 12 a 13 mil ha en 2004/05. Este aumento estará dado principalmente por la VIII Región, que se incorporó recientemente al cultivo, con buenos resultados en la precordillera de Ñuble. El nivel de precios será igual al acordado en los dos años anteriores: 6,5% por sobre los valores que ostente el trigo harinero.
En maíz, la cosecha ha estado marcada por un bajo porcentaje de humedad, como consecuencia de siembras tempranas (justo después del 18 de septiembre). Esto implica un ahorro importante en el costo de secado, aunque también acarrea algunos problemas de grano partido. Lo anterior, unido a precios que se consideran buenos ($ 95 /kg puesto en la VI Región), ha redundado en mayores niveles de rentabilidad.
En el mercado internacional persiste una situación sólida de precios y las proyecciones para 2004/05 indican que la producción mundial continuará siendo inferior a la demanda, por lo que se estima que los precios seguirán en alza.
En este escenario se estima que la superficie nacional dedicada al cultivo presentará nuevamente un incremento, aunque limitado (5 a 10%) por la disponibilidad de suelo, que debe compartir con algunas hortalizas. Por esto se estima que el aumento se producirá en las regiones VII y VIII, en las que la competencia con otros cultivos es menor.
En otro ámbito, el 25 de junio el Departamento de Agricultura de los EE.UU. (USDA) anunció la aparición de un caso no confirmado de encefalopatía espongiforme bovina (EEB), más conocida como el mal de la «vaca loca». Las autoridades estadounidenses mantienen completo hermetismo acerca del animal en cuestión y del lugar de Estados Unidos donde se presentó esta situación. Se estima que este caso aumentará la sensibilidad de los norteamericanos, luego de que el 21 de junio falleció la primera víctima humana del Síndrome de Creutzfeld Jacob. La víctima residía en EE.UU., pero era británica, por lo que se estima que podría haber contraído el mal en su país natal.
En esta semana se espera una baja importante en el mercado estadounidense, mientras no se conozca el diagnóstico definitivo.