Categorías: Dinámica Productiva y Comercial
A medida que avanza la temporada de exportaciones de fruta fresca, las variaciones porcentuales respecto a igual período del año anterior se hacen más moderadas, aunque persisten los incrementos en uva (+7,5%) y carozos (+13% en nectarines y +17% en duraznos), considerando que, hasta la fecha, se habría exportado alrededor de 60% de la uva y sobre 85% de los carozos.
Hasta el 9 de marzo de la temporada 2002/03 (comenzó el 1 de septiembre de 2002) se habían exportado 97 millones de cajas de frutas (antecedentes ASOEX basados en registros del SAG). Esta cifra es 6,3% mayor que los 91,2 millones embarcados a igual fecha de la temporada anterior.
Por la estacionalidad de la producción de las diversas especies exhiben mayor participación las regiones III (14%), IV (16%), V (17%), RM (20%) y VI (24%). En las regiones III y IV predomina la oferta de la uva; en la V Región, la de uva y paltas, y en las regiones Metropolitana y VI predominan carozos y uva, seguidos en esta última por peras y manzanas. Más adelante, la VII Región se ubicará en la posición relevante que le corresponde por su importante aporte a la exportación de manzanas, kiwis y peras, que se realizan más tarde.
EE.UU. es el principal mercado para uvas y carozos. Hasta la fecha indicada había recibido 64% del total de la fruta embarcada. Europa participa con 19% y muestra una recuperación respecto a igual período de la temporada anterior, principalmente por efecto de las nuevas condiciones de acceso establecidas a través del acuerdo firmado entre Chile y la UE, a lo que se agregan condiciones cambiarias (Euro-Dólar) favorables que hacen más interesante este mercado. América Latina mantiene su tendencia a la baja por las razones económicas ya conocidas, en tanto que el Lejano y el Medio Oriente exhiben incrementos moderados en sus relativamente bajas participaciones (5% y 2%, respectivamente).
Según INGLOBO y DECOFRUT, los precios de las uvas y carozos en EE.UU. han tenido comportamientos diversos, incidiendo en ello principalmente factores meteorológicos, como días de muy bajas temperaturas, que en algunos momentos dificultaron el flujo de las ventas. También se comenta que la calidad de cierta fruta chilena ha sido irregular y que no ha alcanzado los niveles de madurez adecuados, debido a temperaturas fluctuantes y lluvias imprevistas que caracterizaron a la primavera y el verano de la mayoría de los países del hemisferio sur. A lo anterior se añaden los clásicos aumentos de los envíos ante el avance de la temporada. Paulatinamente las ventas se fueron reactivando con las consiguientes promociones, si bien persisten dudas entre los recibidores sobre las condiciones de calidad que puedan presentar las frutas que se mantienen en frigoríficos y que hayan sido afectadas por problemas meteorológicos.
En el mercado europeo la fruta chilena compite especialmente con la de Sudáfrica. Debido a que en la UE hubo cierta demora en aprobar el acuerdo pactado, los envíos de nuestro país a este mercado se iniciaron algo más tarde que lo acostumbrado, por lo que los resultados finales de esta temporada podrían ser poco representativos.
En el rubro vitivinícola se observa que las condiciones meteorológicas de la temporada fueron favorables para la producción de vinos, previéndose un mejoramiento sustancial de la calidad e incremento significativo del volumen de la cosecha, a pesar de una baja que habría en los secanos interiores de las regiones VII y VIII.
En las variedades blancas, la cosecha ya se encuentra prácticamente finalizada, siendo calificada de excelente calidad. Para éstas no se esperan incrementos sustanciales de producción, dado que sus variaciones de superficie han sido limitadas (incluso en el último año se produjo una baja de áreas plantadas de Chardonnay y Sauvignon Blanc) y no habrían grandes plantaciones nuevas entrando en producción. Actualmente (catastro 2001) hay 7.567 ha de Chardonnay y 6.673 ha de Sauvignon Blanc, entre las cepas finas, además de 6.009 ha de Moscatel de Alejandría, 1.860 ha de Semillón y 1.059 ha de Torontel, que son cepas corrientes ubicadas principalmente en el «secano sur» y han estado disminuyendo constantemente durante los últimos ocho años. El resto de las 25.432 ha plantadas de variedades blancas se distribuye entre más de una decena de variedades que tienen menor importancia.
Los precios de las uvas finas blancas mejoraron respecto al año pasado, registrándose valores de referencia de $ 120 por kilo, para la uva Chardonnay, y de $ 130 por kilo, para la Sauvignon Blanc. A nivel de mayoristas, los vinos de estas mismas variedades se están transando entre $ 7.000 y $ 8.000 por arroba, el Chardonnay, y hasta $ 9.000 por arroba, el Sauvignon Blanc.
En cuanto a vinos tintos, cuya cosecha está iniciándose, se pronostica que tendrá alta calidad, por las condiciones favorables de la temporada. Hasta ahora la cosecha va muy bien y se espera que sea bastante superior a la del 2002, tanto en calidad como en cantidad. El incremento de producción, debido a las nuevas plantaciones que están en producción creciente, sería entre 12% y 15% respecto al año anterior, previéndose que el volumen total de vino producido podría superar los 650 millones de litros. Estas cifras incluyen vinos de variedades de mesa, cuya producción puede ser del orden de 30 millones de litros. Hasta ahora la mayor producción de los últimos años fue en el año 2000, con 642 millones de litros, de los cuales 570 millones fueron de cepas para vinificación y 71,5 millones, de vinos de uva de mesa.
Sólo en los secanos interiores de las regiones VII y VIII, donde se registraron precipitaciones de relativa intensidad durante enero, se está verificando una baja importante de producción de vinos, que está afectando especialmente a las cepas corrientes que predominan en esta zona (País, entre los tintos, y Moscatel de Alejandría, Semillón y Torontel, entre los blancos). Estos viñedos estuvieron altamente infectados con oídio, mildiu, etc., que afectaron notoriamente su productividad.
Respecto a la calidad y cantidad de la cosecha de cepas finas, que se ubican principalmente en sectores de riego desde la V hasta la VII Región, cabe hacer presente que, desde hace un par de años, las viñas han impuesto un estricto sistema de control de productividad, con el fin de preservar la calidad, factor que estaría evitando incrementos mayores de cosecha que podrían sobresaturar el mercado.
Debido al aumento de producción señalado, los precios de las uvas tintas finas han disminuido. La uva Cabernet Sauvignon se está pagando, como valor de referencia, a $ 70 por kilo, en circunstancias que en el año anterior se pagó a más de $ 100 por kilo. La uva País, en cambio, debido a la baja de producción señalada en su zona de producción, exhibe un ligero mejoramiento respecto al año anterior, pagándose actualmente a $ 40 por kilo.
En materia de perspectivas del comercio exterior, no hay todavía antecedentes claros respecto a la evolución de exportaciones de los primeros meses. No obstante se espera que el mercado mundial esté menos sobreabastecido que en el año anterior, teniendo en cuenta que, por razones meteorológicas (inundaciones en Francia, España y Alemania, poco antes de la cosecha), se habría producido una importante reducción de la producción europea de vino, que representa cerca del 60% de la producción mundial. Esto hace suponer que el mercado estará más estrecho y que los precios podrían comenzar a mejorar, particularmente para los vinos que se están exportando a granel.
En cuanto a producción láctea, la recepción en planta mostró una baja de 2,1% en enero de 2003, respecto a la de igual período del año 2002. Esto representa una menor compra de poco más de 3,0 millones de litros, siendo este comportamiento una continuación de las fuertes caídas en la venta de leche del último trimestre del año pasado, que en la zona sur alcanzaron cerca de 8% en promedio, respecto de igual período del año 2001.
En todo caso, antecedentes parciales de febrero último permiten pronosticar que la recepción aumentará sobre la de igual mes del año anterior, que fue muy malo. Sin embargo, dada la menor significación de febrero, el resultado del primer bimestre sería sólo similar al del año anterior.
Igualmente, marzo se ha mostrado particularmente seco en la zona lechera, lo que ha repercutido en una disminución en la cantidad y calidad de los forrajes. Esto sin duda influirá en una reducción de la entrega de leche a plantas y en una escasez general de leche.
Lo anterior debería contribuir a una recuperación de los precios pagados a los productores, que fue un factor importante en las disminuciones de producción comentadas, tanto a fines de la temporada pasada como en la actual. Dicha repunte también sería posible por el alza de los precios internacionales que se ha observado a partir de septiembre de 2002.