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Este estudio fue encargado por la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias del Ministerio de Agricultura, ODEPA, a la Facultad de Ciencias Veterinarias y Pecuarias de la Universidad de Chile, institución que para tal efecto se asoció con la Red Internacional de Metodologías de Investigación en Sistemas de Producción, RIMISP.
La presencia creciente de los supermercados en la distribución alimentaria al detalle en Chile, en los últimos años, ha generado polémica y preocupación en diversos actores de la economía agroalimentaria del país, incluyendo a autoridades y representaciones gremiales de productores y proveedores, no obstante ha sido poco estudiada.
La industria supermercadista en el país ha exhibido durante la última década una dinámica de crecimiento y desarrollo como pocos sectores de la economía nacional. Grandes inversiones, expansión acelerada de la superficie de ventas, penetración en el comercio al detalle en general, y de alimentos en particular, presencia creciente en regiones, ciudades intermedias y en barrios populares metropolitanos, son algunos de los indicadores relevantes que permiten entender por qué la compra de alimentos en supermercados dejó hace tiempo de ser un fenómeno circunscrito a los sectores de altos ingresos.
Su impacto en la agricultura y en el comercio tradicional -almacenes, ferias, carnicerías, etc.- es aún poco conocido, pero en la mayoría de las cadenas agroalimentarias su presencia no pasa desapercibida. Distribuir los productos a través de redes de locales que llegan a millones de consumidores resulta hoy en día imprescindible, pero acceder a ese canal requiere sacrificios y adaptaciones, que no todos los actores están en condiciones de enfrentar.
Precisamente conocer la evolución reciente de la distribución de alimentos al detalle en Chile, particularmente respecto a la irrupción de super e hipermercados como actores centrales de esa industria; centrando la atención en los vínculos y los efectos -favorables y desfavorables- que ella genera respecto a los productores agrícolas y otros actores rurales, en algunas de las principales cadenas agroalimentarias del país, fue el objetivo principal que motivó este estudio.