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En diciembre se conoció la aprobación de la COREMA de la VII Región del proyecto de explotación de una mina a tajo abierto y de una planta de molienda y acopio en Parral de la piedra mineral denominada zeolita. Las zeolitas son minerales no metálicos que son usados en la minería, petroquímica, agricultura y ganadería debido a su capacidad para facilitar el libre paso de iones, filtrar selectivamente los contaminantes, purificador de aguas, atracción de metales pesados y removedor de elementos radiactivos.
En la agricultura, la zeoponía es un sistema de cultivo de diferentes vegetales que utilizan suelos ricos en zeolitas naturales, lo que permite la producción ecológica de alimentos. Esto se debe a que su estructura ultraporosa le permite retener el agua en los suelos quedando éstos esponjosos reduciéndose significativamente la necesidad de riego. También permiten fijar los fertilizantes y la entrega a las raíces de las plantas según sus necesidades. Por otro lado, al absorber el amoníaco y el calcio, impide que las bacterias del suelo lo conviertan en nitratos, lo que a su vez permite descontaminar tanto las aguas superficiales como las subterráneas. En la alimentación animal (aves, cerdos y bovinos), las zeolitas son utilizadas como aditivos ya que combaten las toxinas producidas por los hongos en los granos y favorecen la absorción de nutrientes. En este sentido, el SAG incorporó recientemente las zeolitas a su nómina de aditivos permitidos para la alimentación animal.
Otras investigaciones relacionadas se desarrollan en la aplicación de zeolitas naturales a nivel de invernaderos para la producción de hortalizas y plantas ornamentales; también su uso en biotecnología y en la producción de hongos comestibles. De hecho, la NASA lo está utilizando en la última misión espacial que partió el 18 de diciembre de 2001 como elemento determinante en el perfeccionamiento de los hogares espaciales en los que pretende ejecutar la zeoponía. Las zeolitas ha sido denominadas «el mineral del siglo XXI».