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Los riesgos de contaminación de los productos destinados a la alimentación humana, así como los riesgos de deterioro del medio ambiente derivados de la producción y elaboración de productos agrícolas y pecuarios, han llevado tanto a los gobiernos como a los sectores productores y comercializadores de alimentos a preocuparse de establecer instrumentos que aseguren la protección de la salud de los consumidores y del medio ambiente. En este contexto aparece con fuerza la necesidad de desarrollar Programas de «Buenas Prácticas Agrícolas» (BPA), que implican la incorporación de atributos de valor a los productos alimenticios y son, por lo tanto, responsabilidad de los actores participantes de la cadena agroalimentaria, desde la producción primaria hasta el consumidor. El Estado de Chile tiene particular interés en la promoción de estas prácticas, por cuanto significan un aporte al bien público y posibilitan mejores niveles de competitividad para la agricultura.
Los participantes en la cadena agroalimentaria tienen la responsabilidad primaria de la inocuidad de los alimentos que producen. Dado que los atributos asociados a las BPA no son verificables a través de los mecanismos de mercado, al momento de la compra o al momento del consumo del producto, su desarrollo se debe enmarcar en procesos de normalización técnica, de carácter voluntario y donde exista una responsabilidad de la autoridad pública en la supervisión de los sistemas, de forma de garantizar el cumplimiento de los criterios de confiabilidad y equidad.
Marco conceptual
Se entenderá como BPA a todas las acciones involucradas en la producción, procesamiento y transporte de productos alimenticios de origen agrícola y pecuario, orientadas a asegurar la protección de la higiene y la salud humana y del medio ambiente, mediante métodos ecológicamente más seguros, higiénicamente aceptables y económicamente factibles.
La aplicación de Programas de BPA es un proceso dinámico que implica un conjunto de metas y compromisos respecto de un sistema de prácticas adecuadas y convenidas que, como resultado, deben garantizar su cumplimiento integral.
La aplicación de las BPA debe ser comprobable mediante auditorías de terceros; por lo tanto, debe incorporar un sistema de registros a través del cual se garantice la aplicación de las acciones explicitadas en las especificaciones técnicas respectivas, identificando las diversas fuentes de contaminación. Todo esto debe permitir la trazabilidad del producto desde el origen en la producción primaria hasta el consumidor.
Las BPA definen estándares mínimos aceptables que se toman como referencia para mejorar prácticas actuales de manejo y apuntan a lograr objetivos específicos en tres ámbitos: a) el cuidado del medio ambiente, b) la inocuidad de los alimentos y la protección de los consumidores y c) la salud, seguridad y bienestar de los trabajadores.
Con respecto al medio ambiente, las BPA promueven el desarrollo de una agricultura sustentable mediante la minimización de las externalidades negativas del sistema de producción sobre el medioambiente. Para tal efecto, las BPA promueven la protección de la biodiversidad y la fertilidad de los suelos y la reducción de la contaminación del espacio natural, racionalizando el manejo de productos químicos, fertilizantes y desechos orgánicos.
Por otra parte, pretenden minimizar el riesgo de contaminación de los alimentos por agentes microbiológicos, físicos o químicos. En el primero de los casos se sitúan las contaminaciones por manipulación deficiente y por contacto con medios contaminados con microorganismos patógenos como agua, suelo, estiércol, superficies y equipos. En el caso de los contaminantes químicos tiene que ver con la aplicación, manipulación y carencias en el uso de plaguicidas, como también con residuos de fármacos y productos veterinarios en los alimentos de origen pecuario.
En lo relativo a la salud, seguridad y bienestar de los trabajadores, las BPA deben asegurar que durante toda las actividades relacionadas directa o indirectamente con la producción, elaboración, transporte y distribución de alimentos de origen agropecuario, se implementen las medidas de prevención necesarias para que todas las personas involucradas se desempeñen en condiciones de seguridad y bienestar.
La Comisión Nacional de Buenas Prácticas Agrícolas
Frente a los nuevos desafíos impuestos por el mercado relativos a la demanda de productos agroalimentarios de calidad, el Ministerio de Agricultura ha decidido considerar este tema como uno de los ejes de su política agraria. Para avanzar en la concreción de tal propuesta, se creó la Comisión Nacional de Buenas Prácticas Agrícolas (CN-BPA)1.
Esta Comisión es una instancia de alto nivel institucional, oficializada a través del Decreto N° 165 del Ministerio de Agricultura, con fecha 28 de Mayo de 2001. Tiene como objetivo asesorar al Ministro de Agricultura en la formulación de una política destinada a incorporar en los procesos productivos agropecuarios el concepto de Buenas Prácticas Agrícolas.
En el marco del objetivo central definido para la CN-BPA, se han abordado las siguientes áreas de trabajo:
Clarificación y definición de conceptos y criterios generales
Para el desarrollo de las actividades es fundamental la unificación de definiciones, de forma de promover un lenguaje común en estas materias. De esta misma manera, y en el marco de los sistemas de producción que existan en cada rubro, también es importante la definición de los criterios mínimos que deben estar consignados en un programa de BPA.
Conocimiento de las actividades que hoy están en desarrollo.
Con el objeto de tomar conocimiento respecto a las actividades que se han realizado y que hoy se realizan en materia de BPA, se propuso seleccionar un conjunto de actividades (programas en implementación, actividades de capacitación, etc.) que sea interesante conocer, para proceder a realizar un programa de exposiciones en esta materia. Es de interés particular conocer las actividades que en esta línea desarrollan las instituciones integrantes de la Comisión. En este sentido, hasta fin del año 2002, se habían realizado diversas reuniones con representantes de cada sector productivo para conocer su situación real con relación a la aplicación de BPA en las faenas productivas, con el propósito de obtener una primera aproximación a las principales falencias de los distintos sistemas productivos en torno a las BPA y los puntos críticos que requieren acciones del sector público y/o del privado para su desarrollo.
Identificación de áreas de acción prioritaria por sector
De acuerdo a las exigencias que estén implícitas en el concepto de BPA para cada sector productivo y en el marco de la situación de cada sector respecto a dichos estándares, se propuso identificar temas prioritarios para desarrollar Programas de BPA con el objeto de transmitir estas prioridades a las distintas fuentes de investigación y fomento productivo, de forma de orientar la focalización de su acción en estas materias.
Articulación con instrumental de fomento e investigación y desarrollo
La Comisión deberá generar articulaciones con los diferentes organismos públicos (tanto del ámbito ministerial como de gobierno) y privados, con el fin de hacer ver el carácter estratégico de las BPA en el marco de la política ministerial, así como respecto a las diferentes prioridades en cada uno de los sectores involucrados, con el objeto de maximizar las posibilidades de desarrollo de proyectos en la materia, que hagan posible la implementación de programas de BPA en el más breve plazo posible.
Difusión de la importancia de las BPA
Desarrollar una estrategia de comunicaciones a través de la prensa y medios especializados, sobre el carácter estratégico y la importancia del tema para la competitividad del agro nacional.
Aspectos institucionales
Uno de los aspectos fundamentales que la Comisión debe definir es el marco institucional que posibilitará el proceso de certificación de BPA. Para esto será necesaria la definición de criterios básicos que permitan realizar las gestiones, para que, dentro de un plazo por establecer, dicha certificación pueda operar en forma efectiva.
Estos criterios dicen relación con la definición de roles público y privado, garantías de equidad frente a los posibles beneficiarios, agilidad en términos de procesos «burocráticos»; dinamismo en términos de ajuste a los cambios de mediano plazo, garantías de seriedad frente al mercado, garantía de imparcialidad respecto a los diferentes intereses involucrados, solidez y consistencia en el tiempo, costo mínimo y otros.
Avances de los comités técnicos por cada rubro
En este sentido, la Comisión formó cuatro comités técnicos con el objeto de consensuar las especificaciones técnicas para trece rubros específicos (frutas y hortalizas; aves y cerdos; cultivos, y bovinos y ovinos). Las especificaciones técnicas son la base para el desarrollo de manuales prácticos. A continuación se señala el estado de avance de las tareas en cada uno de los comités.
Aves y cerdos: este comité ha concluido el trabajo de especificaciones técnicas tanto para la producción porcina como para la de aves de carne. Se continúa con el trabajo en relación al rubro de aves de postura.
Bovinos y ovinos: el trabajo de este comité se centra en la definición de las especificaciones técnicas para los rubros bovinos de carne y lechería.
Cultivos y frutas y hortalizas: en el ámbito de la producción agrícola, se ha trabajado en el análisis de la producción de maíz, trigo, arroz, papas, hortalizas y frutales, proponiéndose un formato que incluye las especificidades de cada cultivo y anexos comunes para las buenas prácticas y el uso de productos fitosanitarios, utilización del agua, control de plagas, uso de abonos orgánicos, higiene del personal y condiciones laborales, todos los cuales se encuentran en etapa de discusión.
Es importante destacar que en las diversas reuniones sostenidas por los comités técnicos para diagnosticar la situación de los rubros, surgieron algunos temas transversales. Entre ellos, el establecimiento de un sistema de normalización técnica que facilite la certificación de los programas; los sistemas de gestión de la trazabilidad que permitan acceder en forma oportuna y confiable a la información productiva en cualquier nivel de la cadena agroalimentaria; la elaboración de manuales de BPA y la capacitación de productores y profesionales para la correcta implementación de programas de BPA. Este último aspecto ha sido el de mayor importancia por lo que la Comisión de BPA constituyó un comité técnico específico para abordarlo.
1 La Comisión es presidida por el Subsecretario de Agricultura y está conformada, en el ámbito público, por representantes de ODEPA, SAG, INDAP, INIA, FIA y CNR, por el Ministerio de Agricultura, y asisten como invitados permanentes ProChile, el Consejo Nacional de Producción Limpia (CORFO), el SERNAM y la División de Salud del Ambiente del Ministerio de Salud. Del ámbito privado se encuentran representados los sectores productivos asociados: Fedecarne, Fedeleche, Apa, Asprocer, Fedefruta, Asoex, SNA, Codesser, Mucech, Campocoop y La Voz del Campo. La Secretaría Técnica de la Comisión es llevada por la Subsecretaría de Agricultura.