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La agricultura chilena se ha hecho presente en los mercados internacionales, con un auge claramente visible en la última década. La estrategia de apertura al comercio internacional, junto al exponencial desarrollo de la industria agroalimentaria, han permitido que productos emblemáticos como la celulosa, las frutas, el vino y las carnes hayan logrado penetrar y posicionarse en mercados tan relevantes como Estados Unidos, la Unión Europea y más recientemente China, generando una reputación tal entre los consumidores que posiciona a Chile como uno de los principales países abastecedores de alimentos inocuos, de gran calidad y trazabilidad en el mundo.
Esto ha sido una puerta de entrada para abrirse camino entre mercados menos tradicionales para la agricultura, pero de gran potencial económico para Chile y el mundo. Un claro ejemplo de ello lo constituyen las naciones del sudeste asiático, de importancia geoestratégica en el escenario internacional y con las que Chile ha forjado una relación política y un acercamiento comercial progresivo. El sudeste asiático representa una oportunidad comercial atractiva para Chile, al tratarse de un mercado de más de 600 millones de consumidores, en su mayoría en edad laboral, con poder adquisitivo creciente, un auge considerable en la clase media, conciencia sobre los productos saludables y de calidad e influenciado por tendencias de consumo extranjeras, producto de la globalización.
En este artículo, se proporciona información general de los principales mercados del sudeste asiático: Indonesia, Malasia, Vietnam, Tailandia, Filipinas y Singapur. Se describe el comercio bilateral silvoagropecuario de los últimos cinco años y se esbozan las principales oportunidades para la agricultura chilena en cada uno de estos, destacando los principales desafíos de acceso, desde la perspectiva sanitaria y regulatoria.