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El esfuerzo de concertación público-privada que inició una nueva etapa a partir de la Mesa Agrícola y la formulación de la Política de Estado 2000-2010; el trabajo realizado al amparo de las Comisiones Nacionales de Rubros, y la apertura de mercados en materias fito y zoo sanitarias y de acuerdos de comercio, han permitido enfrentar un desafío cualitativamente distinto en materia de rubros tradicionales: plantearse el tema de la exportación como una meta posible de alcanzar en el corto plazo. Los avances en materia sanitaria para el caso de las carnes rojas y la situación de autoabastecimiento en lácteos, han sido tal vez los principales motores que han permitido la concertación de los distintos eslabones de cada una de las cadenas, para ordenar programas con tareas específicas destinadas a este fin.
Durante los últimos meses, con la finalidad de posicionar la carne bovina en los mercados externos, se han ido cumpliendo los compromisos contraídos en el año 2001 entre el sector privado y el público, en términos de poder afinar un sistema que permita la exportación de este tipo de producto. De esta manera, en el transcurso de los últimos doce meses se ha elaborado un manual de buenas prácticas ganaderas, se han estructurado los PABCO bovinos (Planteles Bajo Control Oficial) y se ha establecido un Plan Nacional de Control de Residuos en carne bovina. A su vez, en el sector privado, con el fin de cumplir las exigencias de los países importadores, los productores ligados a la industria faenadora a través de los Programas de Desarrollo de Proveedores están asegurando el cumplimiento de normativas de inocuidad en la producción primaria y, por su parte, el sector de mataderos ha estado realizando inversiones, tanto en estructuras como en sistemas operacionales, que garantizan la calidad del producto. También se está trabajando en la elaboración de un video del tema carnes, que permita realizar actividades de difusión de nuestro producto en países de interés para las exportaciones chilenas.
En esta perspectiva se han efectuado en los últimos meses dos giras, con participación de productores y faenadores, para prospectar el mercado de la carne bovina: a la Unión Europea, en el segundo semestre del año 2001, y al mercado centroamericano, durante el primer semestre de este año. En ambas giras se pudo constatar el interés de estas regiones por contar con carne bovina chilena.
En el caso de Centroamérica, ya se han estado efectuando exportaciones de carne a países de esa región, con una buena evaluación por parte de los importadores, lo que levanta una perspectiva de crecimiento en el futuro próximo.
En otro aspecto, como resultado de las negociaciones con la Unión Europea, se logró para Chile una cuota de 1.000 toneladas de carne bovina, con un incremento de 10% anual. Esta cuota comenzaría a regir a partir de la ratificación de la firma del acuerdo comercial, lo que sucedería en enero del año 2003.
Durante el mes de mayo último, el Ministro de Agricultura y empresarios del sector viajaron a Japón y China con el fin de avanzar en la colocación de carnes nacionales en dichos países. Uno de los resultados de esta gestión es que próximamente vendrá a Chile una misión comercial japonesa para conocer in situ nuestra industria cárnica. Se espera en el futuro cercano poder comenzar el envío de algunos embarques de carne bovina a dichos mercados. Por otra parte, la firma del protocolo de acuerdo zoosanitario con China permitirá obtener las certificaciones técnicas para exportar productos específicos en el futuro inmediato.
Chile está en un proceso de negociación para un acuerdo de libre comercio con EE.UU. y, en el escenario que se logre para la carne bovina una situación distinta a la de hoy, en que hay elevados aranceles y restricciones de tipo sanitario para ingresar a dicho país, este producto podría quedar en una situación expectante para poder exportar a dicho mercado, uno de los más importantes del mundo.
Para el sector lechero nacional, que viene registrando un crecimiento sostenido de la producción, el desarrollo de los mercados tanto internos como externos es una de las principales acciones que el Ministerio de Agricultura está impulsando. En lo referente al mercado exterior, el histórico balance favorable de la temporada 2001, tanto en dólares como en equivalente litros, y la proyección futura de Chile como un exportador neto, aceleraron la urgencia de la formulación de un Plan Operativo que aborde las soluciones a las actuales y futuras restricciones que pudieren tener las potenciales exportaciones de productos lácteos desde Chile.
En ese marco, el pasado 14 de junio, en una reunión ampliada efectuada en Puerto Montt con la mayoría de los agentes involucrados en la exportación de productos lácteos, se concordó la conformación de un Grupo de Trabajo público-privado responsable de profundizar el diagnóstico y la definición de las tareas por realizar. Posteriormente tuvo lugar la primera reunión de trabajo, que se efectuó en Puerto Varas el pasado 4 de julio, teniendo como meta consensuar entre todos los actores un plan definitivo para ser presentado al Ministerio de Agricultura el 14 de agosto próximo, en reunión que será presidida por el Subsecretario de Agricultura.
Las principales temas que deberían promoverse para permitir un mayor desarrollo exportador de lácteos serían: control de tuberculosis, brucelosis y leucosis; implementación de un sistema de Buenas Prácticas Ganaderas; homologación de plantas, dependiendo del mercado de destino; implementación de HACCP en el eslabón industrial, y agilización y simplificación de trámites exigidos para exportar; entre otros.
Finalmente, y aunque esto se encuentra en una fase muy preliminar, se pretende iniciar un estudio para implementar un programa de fomento al cultivo del arroz basado en la diferenciación como concepto central. Con este objetivo se iniciará un estudio de diagnóstico de la calidad del cereal producido en Chile, el que preliminarmente se sabe que goza de características culinarias atractivas en comparación con el arroz que actualmente se importa al país. El estudio evaluará la percepción del mercado interno sobre los atributos de calidad del producto, y explorará los posibles nichos de mercado en el exterior.