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La matriz energética mundial depende en gran medida de los combustibles fósiles.
Según datos de World Energy, mas del 80% del consumo de la energía primaria
mundial se basa en energías no renovables.
A su vez, se espera que las necesidades de energía crezcan en forma sostenida en los
próximos 25 años. Hacia el 2030 se estima en un 50% el aumento en la demanda de
energía con respecto a la actual. El 65% de este aumento en la demanda energética
esperada provendrá de los países en desarrollo, donde el crecimiento económico y de la
población es mayor.
Asimismo, la presión a la suba en los precios del petróleo, hace que muchos países
dependientes de la importación de este combustible estén preocupados por la seguridad
en la oferta futura de este recurso. Es así que varios países han implementado o están
por implementar políticas referidas al uso de combustibles alternativos y renovables,
como son los obtenidos de la agro-energía.
Otro de los principales motivos que llevan a promover el uso de energías renovables y
limpias es la creciente preocupación y compromiso por preservar el ambiente, como lo
refleja la Directiva sobre Biocombustibles de la Comisión de la Unión Europea y el
programa de combustibles renovables de los EE.UU. Asimismo, otros países han
profundizado sus programas de energías renovables, como el caso de Brasil y EE.UU.,
que producen el 70% del bioetanol del mundo, o han lanzado nuevos programas, como
el caso de Canadá, Colombia, Perú y Argentina, entre otros, con el objetivo de
diversificar sus matrices energéticas.
Actualmente, alrededor de 35 países ya han lanzado programas para la promoción de la
producción y/o uso de biocombustibles, con miras a volcarlo a sus mercados internos o
con miras a la exportación.
Es en este contexto que la República de Chile se encuentra abocada a definir su política
referida a la producción y/o uso de los biocombustibles. El presente documento, cuya
realización fue encargado por la Organización de las Naciones Unidas para la
agricultura y la alimentación (FAO) y por Oficina de Estudios y Políticas Agrarias
(ODEPA), del Ministerio de Agricultura de Chile, tiene como objetivo primordial,
identificar los países potencialmente competitivos para Chile como proveedores de
materias primas para la producción de bioetanol y biodiesel, o de los biocombustibles
mismos, para facilitar la toma de decisiones sobre una política nacional de
biocombustibles, de manera de mitigar la dependencia de los hidrocarburos en la matriz
energética chilena.
Asimismo, y como parte de este estudio, se participó en tres talleres organizados por el
Gobierno de Chile en las ciudades de Coyhaique (XI Región), Temuco( IX Región) y
Talca (VII Región), los días 16, 22 y 26 de Noviembre de 2006 respectivamente, sobre
el tema de los biocombustibles y agro-energía elaborando y presentando el tema
“Panorama internacional y visión del Estado sobre Biocombustibles” y recogiendo
opiniones locales sobre perspectivas, conveniencia y potencial de la bioenergía en las
Regiones Sur de Chile, con el objeto de profundizar en la realidad del país.