Categorías: Artículos,Cabecera principal,Frutas frescas y procesadas,Mesa del Agua para la Agricultura
La Región del Libertador General Bernardo O’Higgins -con una superficie total de 16.387 kilómetros cuadrados equivalente a 2,2% del territorio nacional- consta de 33 comunas distribuidas en 3 provincias (Cachapoal, Cardenal Caro y Colchagua). De estas 33 comunas, 16 se clasifican como predominantemente rurales, 13 mixtas y 4 predominantemente urbanas. Las comunas rurales y mixtas abarcan en conjunto 65% del territorio regional y albergan 53% de la población (anexo 1).
O´Higgins ha destacado como región por su dinámica en plantaciones frutales, abarcando una gran cantidad de especies y variedades. Los diferentes tipos de suelo han acentuado aún más la concentración de plantaciones frutales. La variedad de zonas agroclimáticas desde la costa hacia la cordillera ha concentrado la actividad frutícola principalmente en los suelos de la depresión intermedia, siendo escasa en las zonas costeras donde se encuentran suelos del secano costero y secano interior, así como en zonas de suelos tanto precordilleranos como cordilleranos. Según los datos del Catastro frutícola 2021, la superficie plantada con frutales en la Región de O’Higgins es de 95.082 hectáreas[1], lo que representa 6% de la superficie regional total y 27% de la superficie frutícola nacional estimada[2].
De acuerdo con registros del catastro frutícola Odepa Ciren que datan del año 2003 para esta región, se sabe que en 68,2% de la superficie frutícola el sistema de riego utilizado era surco y tendido (40.480 ha) en comparación a 23,9% en 2021 (17.153 ha), lo cual significaba un abundante y caudaloso uso de agua. Con el tiempo, y la situación predominante de sequía que comenzó a asolar la zona, se analizó con mayor atención las propiedades de este tipo de riego, el cual no fomentaba un eficiente aprovechamiento de todo el caudal, ya que gran porcentaje de éste se infiltraba o se perdía por rebalse de las líneas de riego, o la infiltración hídrica fuera de la zona útil de la planta fomentaba el crecimiento de malezas. Faltaba un sistema de riego algo más direccionado a la planta en sí, y así es como se comenzó a migrar a la tecnificación de las líneas de riego a través del sistema de goteo, ya sea de una línea o doble línea, según el requerimiento, además del riego por aspersión y microaspersión. De acuerdo con los datos del Catastro frutícola 2021, prácticamente 18% de la superficie frutal tiene sistema de riego por surco o tendido y 82% con tecnología de microaspersión y goteo[3].
El presente estudio se centra en la evolución del riego que ha sido necesario ir implementando por parte de los productores, no solo debido a un cambio en las condiciones hidrológicas que ha conllevado, entre otros factores, a una menor disponibilidad hídrica baja en las condiciones hidrológicas que se ha venido acentuando a lo largo del tiempo, sino también a la búsqueda de la efectividad del sistema de riego en términos de rendimiento del cultivo y rentabilidad para el productor. Para ello, se utiliza la información obtenida para la Región de O’Higgins en los catastros frutícolas de los años 2018 y 2021, estableciendo las comparaciones correspondientes para determinar los cambios en los tipos de riego a nivel comunal y provincial.
En las siguientes tablas y gráficos se visualiza esta dinámica de cambios que se ha hecho presente en la Región y, de acuerdo con las cifras expresadas, se concluirá cuan masificado estaría este concepto de migración por parte de los productores a una tecnología más eficiente y, sobre todo, con menos consumo del elemento vital para la subsistencia de las plantas frutales como lo es el agua.
También, es necesario señalar que se utilizarán denominaciones particulares tales como Unidad Frutícola Georreferenciada (UFG) y Unidad de Análisis Combinado (UAC), entre otras, para referirse a los huertos frutícolas registrados en distinto momento. Tales denominaciones han sido establecidas por Odepa a medida que “La incorporación progresiva de geo tecnologías en el catastro frutícola ha permitido, junto con la organización de la información en estructuras de bases de datos, avanzar también en la identificación y geolocalización de unidades territoriales que son diferenciadas al interior de cada explotación frutícola, para las cuales la encuesta catastral permite registrar antecedentes asociados a especies, variedades, estructura y manejo productivo de las plantaciones frutícolas…”, publicado por Odepa en el año 2021.[4]
Es así como algunas de las denominaciones necesarias de tener en cuenta son:
– Explotación Frutícola: predios o partes de predios frutícolas de un mismo productor al interior de una comuna (Ciren, 2013).
– Huerto (frutal o frutícola): superficie frutícola plantada dentro de una explotación (Ciren, 2013).
– Unidad Frutícola Georreferenciada (UFG): polígono vectorial que delimita plantaciones frutales en una explotación frutícola. Para cada UFG el catastro frutícola registra información asociada a su estructura productiva.
– Unidad Análisis Combinado (UAC): Corresponde a una unidad de análisis territorial mínimo, que surge del cruce del trazado de límites de las UFG de los años que se consideran en la comparación (años inicial y final del proceso de comparación). Esta figura ficticia permite determinar cuál información de los catastros años inicial y final puede ser comparada y analizada geográficamente, permitiendo identificar el comportamiento y evolución territorial de la actividad frutícola entre los años considerados en el análisis.
[1] Catastro frutícola Odepa – Ciren Región de O’Higgins, Principales resultados, septiembre 2021. Página 18.
[2] Ibidem.
[3] Ibidem, páginas 19 y 20.
[4] Catastro Frutícola Nacional: Un análisis geográfico – estructural de 12 años (2008 – 2020), José Ramírez C., Claudio Farías P., Jaime Ovalle R., Alejandro Muñoz Q., septiembre de 2021, https://www.odepa.gob.cl/publicaciones/articulos/catastro-fruticola-nacional-un-analisis-geografico-estructural-de-12-anos-2008-2020