Categorías: Artículos,Cabecera principal,Pérdida y desperdicio de alimentos
La disponibilidad de alimentos y la seguridad alimentaria es una preocupación grave en numerosos países del mundo, en especial en aquellos en vías de desarrollo. No cabe duda de que la producción de alimentos debe aumentar considerablemente para satisfacer en un futuro las demandas de la población mundial. Sin embargo, una de las medidas para luchar contra el desequilibrio entre el crecimiento de la población versus aumento de la producción, es promover la reducción de las pérdidas y el desperdicio de alimentos, lo que aumentaría la eficiencia de toda la cadena alimentaria. Lo anterior cobra relevancia si se considera que la información internacional indica que más de un tercio de todos los alimentos que se producen en el mundo para el consumo humano se pierden y desperdician, y donde nuestro país no está ajeno a esta realidad.
En un mundo con recursos naturales limitados (suelo, agua, energía, fertilizantes, etc.) y donde día a día se buscan nuevas soluciones para producir alimentos suficientes para la población, la reducción de las pérdidas y el desperdicio de alimentos, ha pasado a ser una prioridad para muchos países, por ser esta una solución costo-beneficio efectiva, adhiriendo al Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS)1 12.3 que señala para el 2030, reducir a la mitad las pérdidas de alimentos que se producen en las cadenas de producción y distribución de alimentos, el desperdicio de alimentos per cápita en la venta al por menor y a nivel de los consumidores (Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible). Cabe señalar que, reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos es una importante meta de los ODS, así como un medio para alcanzar otros ODS, como los relacionados con la seguridad alimentaria, la nutrición y la sostenibilidad medioambiental. En Chile, el Comité Nacional para la Prevención y Reducción de Pérdidas y Desperdicios de Alimentos (CN-PDA), con su secretaria técnica en el Ministerio de Agricultura, propone y coordina las acciones del sector público, privado y de la sociedad civil, en esta materia.
A pesar de que la población del mundo y el hambre están aumentando, como ya se señaló, más de un tercio de todos los alimentos que se producen se pierden o se desperdician, los que serían suficientes para alimentar a más de 3.000 millones de personas. Todos tenemos un papel que desempeñar en la reducción de la pérdida y el desperdicio de alimentos, no solo por la comida si no por un deber ético.
En este artículo, se presentan las acciones concretas que cada uno de los actores de la cadena agroalimentaria puede realizar para evitar y disminuir las pérdidas y desperdicios de alimentos, las que cobran mayor relevancia en esta época de pandemia causada por el COVID19, donde frente a la falta de alimentos en las poblaciones vulnerables, ahora menos que nunca podemos darnos el lujo de botar alimentos.
1Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) es una iniciativa de la Organización de Naciones Unidas (ONU), que consiste en 17 retos cuyo fin es erradicar la pobreza, proteger el planeta y garantizar que todas las personas del mundo sin distinción gocen de paz y prosperidad.