Categorías: Agricultura sustentable,Desarrollo Rural,Estudios,Patrimonio agroalimentario y cultural,Semilleros, bulbos y viveros
La presente consultoría tiene como objetivo proporcionar herramientas técnicas y jurídicas que les permita a las campesinas, campesinos, y pequeños agricultores y agricultoras de nuestro país aplicar medidas prácticas para la protección de las semillas tradicionales que guardan y manejan en sus huertas, con un enfoque en la conservación in situ y ex situ, el mejoramiento genético participativo, y las formas organizativas empleadas para su protección. Estas herramientas buscan fortalecer la capacidad de las comunidades campesinas para enfrentar los desafíos actuales relacionados con la protección de la biodiversidad agrícola, promoviendo sistemas alimentarios sostenibles y resilientes.
En la primera etapa, se realizó un análisis de experiencias internacionales en países como Perú, Guatemala, Ecuador, India y Costa Rica. Estas experiencias entregaron valiosos aprendizajes sobre la implementación de huertos comunitarios, bancos de semillas y mejoramiento genético participativo. Cada país tiene interesantes resultados de acuerdo con las estrategias implementadas, por ejemplo el modelo de bancos comunitarios en India y Guatemala es un modelo exitoso que se sustenta en la sólida organización comunitaria, apoyo técnico y financiamiento de origen nacional gubernamental e internacional, lo que ha permitido su funcionamiento en el largo plazo; en Perú el modelo in situ es el más relevante y se sustenta en un marco de protección legal sólido y apoyo de centros técnicos institucionales. Asimismo, Costa Rica presentó un modelo interesante mediante el uso de contratos de acceso, los cuales protegen los derechos de las comunidades sobre sus recursos genéticos y aseguran beneficios justos derivados de su uso.
A nivel nacional, el análisis identificó importantes avances y desafíos en la protección de semillas tradicionales. Las iniciativas en los territorios altoandinos han promovido sistemas de conservación in situ y ex situ, integrando conocimientos ancestrales con prácticas modernas. Ejemplos como la Red de Mujeres Guardadoras de Chiloé y la Cooperativa We Kimun ilustraron cómo la organización comunitaria puede potenciar la conservación y uso sostenible de semillas, además de empoderar a las comunidades rurales. Sin embargo, también se identificaron limitaciones en los marcos normativos nacionales, donde a pesar de la existencia de instrumentos relacionados con la biodiversidad, persisten vacíos legales que dificultan la protección efectiva de las semillas tradicionales.
Con base en este análisis, se formularon recomendaciones técnicas y jurídicas adaptadas al contexto chileno. Estas recomendaciones incluyeron la instalación y manejo de bancos comunitarios de semillas, la implementación de huertos semilleros y el desarrollo de estrategias de mejoramiento genético participativo. También se propusieron alternativas organizativas y legales, como la creación de redes de guardianes y guardianas de semillas y el uso de contratos de acceso y la creación de listas o registros de variedades locales.
En la última etapa del estudio, se priorizó la producción de materiales de difusión dirigidos a campesinas y campesinos, pequeños agricultores y agricultoras, con el objetivo de facilitar la adopción de prácticas de conservación y protección de semillas tradicionales. Se elaboraron cinco guías prácticas enfocadas en temas clave como la instalación de huertos y bancos comunitarios, el mejoramiento genético participativo, la formación de redes de articulación y las alternativas jurídicas para proteger estos recursos. Las guías fueron diseñadas con un enfoque inclusivo y didáctico, integrando imágenes e ilustraciones que muestran a las comunidades llevando a cabo las labores descritas, diagramas y casos de éxito. Además, se produjeron infografías para su difusión de estas guías con un resumen sobre los contenidos, asegurando un alcance amplio y efectivo.
Este informe concluye sobre la importancia de proteger las semillas tradicionales como base para la seguridad alimentaria, la biodiversidad agrícola y la sostenibilidad de los sistemas productivos. Los resultados destacan que, si bien existen avances significativos en Chile, es fundamental fortalecer la articulación comunitaria y mejorar los marcos legales para garantizar la viabilidad a largo plazo de estas iniciativas. Este estudio representa un aporte al identificar experiencias y lecciones aprendidas a nivel internacional y nacional, generando importantes aprendizajes para la protección de las semillas tradicionales, poniendo en el centro a las comunidades rurales como guardianas de este valioso patrimonio genético.